Cristina & Alejandro

En las salas del CCH SUR, durante un concurso de dinosaurios, el destino nos unió. Alejandro sorprendió a Cristina no solo con su pasión compartida, sino con un dinosaurio ¡que rugía! Para Alejandro, fue encontrar a alguien que se maravillara con su creación. Para Cristina, fue ver la chispa y lo divertido que era hablar con alguien apasionado de lo que realizaba.

Aunque la vida nos llevó por caminos separados, nunca perdimos el contacto del todo. En redes sociales, nos convertimos en "chico dinosaurio" y "chica dinosaurio". Cada interacción, por lejana que fuera, solía terminar con un "Grrrr", nuestra forma de decir "sigo aquí". Una amistad digital a la espera del momento perfecto para evolucionar.

El reencuentro moderno. Cristina subió una historia con una canción que a Alejandro le encantaba. El respondió y propuso otra, y la conversación que había empezado hacía más de una década se reanudó como si no hubiera pasado el tiempo. Esa plática nos llevó a nuestra primera cita real, una conexión increíble que duró horas... pero que, increíblemente, fue seguida por un año más de distancia.

Después de reconectar por segunda y definitiva vez, un viaje a San Miguel de Allende lo cambió todo. Mientras veíamos el atardecer en una terraza mágica y paseos por el pueblo, Cristina leyó una frase en la pared que parecía escrita para nosotros: "I want us to love each other". Fue la señal que ambos esperábamos, el momento de nuestro primer beso y el verdadero comienzo de nuestra relación.

Desde ese beso, nuestro viaje ha sido un vaivén de emociones, viajes inolvidables y descubrimientos. Hemos crecido juntos como personas y como pareja. Hoy, esa historia que empezó con un dinosaurio rugiendo, nos lleva a nuestro "Sí, acepto", y no podríamos estar más felices de compartirlo con ustedes.